No podemos dejar de republicar la carta completa que ya empieza a circular por algunos medios que han tomado la decisión de unir fuerzas: la carta de la convergencia de las redacciones.
En España, como ya se conoce en medios especializados, ahora es el caso del diario 20 minutos y está a cargo del reconocido Editor Jefe, Arsenio Escolar. «Ni periodistas de papel ni digital, periodistas a secas», ha dicho en su carta.
Pero en los comentarios de una nota referida por Periodistas 21 se abre otro debate: «los sitios web que mejor funcionan son los que no tienen nada que ver con el impreso, matad al hijo».
¿Fusión o independencia? ¿La convergencia puede terminar por imponer las condiciones del papel al digital? Aquí «La Refundación de 20 minutos»?
«La comunicación en general y el periodismo en particular están cambiando a toda velocidad, impulsados por la revolución tecnológica y por un cambio radical en los hábitos de vida del público, que además se convierte a menudo no sólo en receptor de la información sino también en emisor. Los lectores son cada día más exigentes, y el captar su atención va a ser cada día tarea más difícil. Tenemos que estar muy atentos a esos cambios, porque nos va el futuro en ello. Tenemos que vivir con una permanente actitud de adaptación al cambio, de no perder ninguno de los trenes que pasan. Tenemos que ponernos los primeros al frente de esa revolución.
Uno de los trenes que ya está pasando ante nosotros es el de la emigración de los lectores desde el papel a Internet, emigración que creo que en breve será masiva y que en pocos años será también una emigración de los anunciantes. Mientras los lectores y los anunciantes recorren ese camino, creo que ha llegado el momento de que nosotros también lo hagamos, y tratemos de converger en nuestras dos maneras de crear 20 minutos, la de papel y la digital, y de prepararnos para otras maneras que vendrán de inmediato.
Con el proceso que emprendemos vamos a eliminar duplicaciones de tareas, administrar mejor los medios humanos de que disponemos y, sobre todo, mejorar nuestros productos, aumentar la calidad tanto de 20 minutos como de 20minutos.es, estar listos para hacerlo en cualquier otro soporte técnico y atender mejor las demandas de nuestros clientes: los lectores y los anunciantes.
La redacción central de 20 minutos ha de estar abierta las 24 horas del día, de modo que los redactores estén generando continuamente contenidos (no sólo información, también entretenimiento, servicios, participación…) y que una mesa de dirección decida en cada momento qué se hace de esos contenidos: si se publican de inmediato en web o en sms, se guardan para la siguiente edición de papel, se retienen durante unas horas, se comparten al tiempo en los distintos soportes, etc.
Los cambios nos obligarán a una redistribución de tareas, de turnos y de ubicación física de las secciones y, sobre todo, a un cambio radical de mentalidad, de concepto, a todos nosotros: seríamos periodistas a secas, ni periodistas de papel ni periodistas digitales…
Comentarios que surgieron inmediatamente en el propio sitio español:
– ¿Eso, si no me equivoco, suele significar dos trabajos (internet y papel) y un solo sueldo?
– ¿Este nuevo trabajo lo haréis con el mismo número de periodistas, con más o con menos? y otra más ¿han cambiado paralelamente las condiciones laborales?
– El proceso será bastante complejo, porque exigirá que todos los redactores de la edición impresa empiecen a conocer un nuevo medio, que tiene sustanciales diferencias, y que entiendan que en internet no basta con hacer corta-pega
Ecuador: ¿Diario HOY va en este camino?
El Director Ejecutivo de diario HOY, Jaime Mantilla, al menos ya nos adelantó algunas pistas indicando que ahora buscan periodistas con perfil multimedia para lograr un cambio similar futuro; la campaña que vienen haciendo de su versión digital en el impreso es por lo menos un primer anuncio…
De hecho, esa convergencia ya se vivió en cierto nivel en su redacción cuando hicieron un chat en vivo con los candidatos presidenciales después de ser entrevistados por los editores del impreso; ahí ya debían discernir qué iba al siguiente día, qué contenido en vivo en el online, qué a la versión SMS y luego qué información a un especial de memorias de los chats para el periodico.
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